La derecha y los derechos sociales

La derecha y los derechos nunca se han llevado bien. Posiblemente porque la derecha y la clase que representa nunca han necesitado tener reconocida la posibilidad de hacer determinadas cosas, simplemente lo hacían y ello con independencia de lo que pudieran decir las leyes.

Así, se separaban de hecho sin que existiera el divorcio, cuando no les anulaba el matrimonio el Tribunal de la Rota, siempre dispuesto a cambio de significativos donativos, entonces para que cambiar la ley, ganas de enredar y de molestar a la iglesia. No obstante una vez aprobado y asumido como algo normal por las gentes lo incorporaron a su “modus vivendi” y aquí paz y después gloria, que dice el dicho popular.

Lo mismo pasó con el aborto, para que necesitaría la derecha una ley del aborto, si siempre que tenían un problema asociado a un embarazo, discretamente marchaban a Londres a abortar y nadie se enteraba, que entre las gentes de bien, esas cosas se hacen, pero siempre se niegan.

Y llego el matrimonio homosexual y pusieron el grito en el cielo, que se junten pero que no se casen, dijeron. Que ya bastante que sean homosexuales para que encima quieran pasar por gente ordenada, pensaron. Y se opusieron a la ley, si bien han sido muchos los y las homosexuales de los partidos de la derecha que se han casado al amparo de dicha ley, la hipocresía siempre ha jugado fuerte en España.

Otro tanto acaba de ocurrir con la ley de la eutanasia, que solo tiene por objeto permitir salir con dignidad de esta vida, cuando ya no es posible estar en ella, debido al sufrimiento que provoca la enfermedad. Lo vimos ayer en el Congreso de los Diputados, la derecha extrema y la extrema derecha acusando con infundios a la mayoría del Congreso de querer imponer “el homicidio legal” y “una ley injusta, inoportuna e inconstitucional", todo lo que no cuente con su apoyo tiene un carácter perverso y está condenado de antemano a los infiernos.

Pocas dudas caben que llegado el trance, harán uso de esta ley compasiva que resuelve el problema de la muerte digna y que cuenta con el apoyo del 84% de los españoles. Todos sabemos que cuando la muerte ya es irreversible y la vida así es un infierno, lo normal es preguntar en voz baja al médico y esto no se puede acortar. Ahora con esta ley sí.

Lo dicho, en España, la derecha y los derechos no hay quien los junte, se repelen.

Andrés Hidalgo