El debate abierto sobre la
posibilidad de conceder una amnistía a las personas implicadas en los hechos
ocurridos en octubre de 2017 en Cataluña, celebración del referéndum ilegal y
proclamación unilateral de independencia, ha tomado interés en estos días, toda
vez, que es una de las reivindicaciones que los partidos nacionalistas
catalanes vienen reivindicando y hoy su voto es determinante para la
investidura del Presidente del Gobierno. A tal extremo, que hasta el PP se ha
mostrado dispuesto a dialogar con el partido de Carles Puigdemont.
El debate sobre la posible
amnistía se presenta polémico, tanto por lo que se ha dicho sobre el asunto en
el pasado reciente y que todos tenemos en la cabeza, como por las posibles
dificultades tanto políticas como jurídicas que encierra en sí mismo.
Dejando a un lado los aspectos jurídicos,
no por que tengan una importancia menor, sobre los que se interesarán y
pronunciarán los juristas y en último extremo los tribunales, cabe centrarse en
los elementos políticos y en los posicionamientos que se están poniendo encima
de la mesa, atendiendo a la perspectiva de su utilidad para permitir la
investidura de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno.
Vaya por delante, que no soy
contrario a que las personas sometidas a procedimientos judiciales y expuestas
a posibles sanciones administrativas o penales, puedan evitar las mismas y en
consecuencia no tengan que ir a la cárcel, pagar multas, perder empleos
públicos, etc…, máxime cuando los dirigentes y principales responsables de los
mismos han sido indultados.
Pero una cosa es, que no sean
sancionados y otra muy distinta que se pueda establecer que lo que hicieron no
fue constitutivo de delito ni de falta alguna. Porque precisamente lo que viene
a representar la amnistía, que solicitan los partidos independentistas, es que no ha habido delito. Distinto
es, continuar avanzando por la vía ya transitada de los indultos y las
modificaciones legislativas que tipifiquen mejor las conductas punibles,
incluso impulsar iniciativas legales que incluyan medidas de gracia para las personas inmersas en procedimientos judiciales consecuencia del
procés.
Es evidente que representaría un
gran obstáculo para la convivencia en Cataluña la continuidad de dichos
procedimientos judiciales, que amenazarían con entorpecer lo ya recorrido, con
los buenos resultados por todos reconocidos, hoy el número de los partidarios
de la independencia son claramente menos que antes y el resultado de las
últimas elecciones generales en Cataluña constatan el retroceso de los partidos
independentistas y el avance de las opciones federalistas y de izquierda.
Por tanto, continuar por la vía
del diálogo y las soluciones políticas negociadas a los problemas pendientes,
comprometer la búsqueda de un acuerdo que permita encontrar el encaje de
Cataluña en España, pueden y tienen que ser objetivos del próximo gobierno, que
solo lo serán, si continua al frente del mismo el Presidente Sánchez para lo
que es preciso reunir los apoyos necesarios para su investidura.
Solo la continuidad del gobierno
progresista asegura esta senda y solo el apoyo de los partidos nacionalistas
catalanes permite la continuidad del gobierno. Se equivocarían los partidos independentistas
si piensan que al actual gobierno se le puede llevar donde no quiere y las leyes
no permiten, es de todos conocido que un referéndum de autodeterminación no es
posible en nuestro ordenamiento constitucional, ni aceptado por la inmensa
mayoría de las fuerzas políticas.
Una vez fracase la investidura de
Alberto Núñez Feijóo, el camino más rápido para la repetición de elecciones no
será otro, que continuar poniendo como condición indispensable el referéndum de
autodeterminación, dando así una nueva oportunidad a la derecha y afrontado un
resultado incierto para los propios independentistas, que no está escrito en
ningún sitio que no puedan retroceder aún más.
Negociar la forma y el alcance
que las medidas de gracia pueden tomar, para favorecer la convivencia y avanzar
en la reconciliación en Cataluña, puede ser un elemento que, junto a otros en
materia de competencias y financiación, permitan llegar a un acuerdo de
investidura, este sería, por tanto, un punto de llegada y no un punto de
partida.
Flaco favor hacen a la
continuidad del gobierno, quienes toman como punto de partida para las
negociaciones con los independentistas, la concesión de una amnistía con lo que
en sí mismo implica políticamente, dándoles una baza fundamental a cambio de
nada. Solo el afán de notoriedad explica algunas de las fotos que hemos visto
estos días.
Andrés Hidalgo
Nunca debieron entrar en prisión, nunca debieron ser prófugo y nunca debieron de arremeter contra el pueblo por hacer el acto simbólico de votar, así que si hay amnistía bienvenida sea
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