Es evidente que Pablo Iglesias ya
debe de tener prácticamente interiorizado que no ganará las elecciones
generales, ni solo ni coaligado con nadie, ni en convergencia ni en lo que se
ha dado en llamar Unidad Popular, a tenor de lo que dicen las encuestas y las
proyecciones posibles, podrá conseguir una estimable representación
parlamentaria, similar a la podría haber tenido IU si no hubiera aparecido Podemos,
pero ni de lejos ganar las elecciones y prácticamente imposible alcanzar el
segundo puesto.
Desde esta premisa corresponde
readaptarse rápidamente y tomar medidas, tras la frustración que con toda
seguridad se generará entre sus votantes nucleados en torno a la victoria
electoral prometida. Prepararse para una
larga marcha, atrás quedará el ahora o nunca y empezarán las dificultades
propias de cualquier partido político. Pensando ya en la travesía del desierto,
un objetivo central será no tener competencia alguna, de tal manera que las
dificultades y las desavenencias que con toda seguridad aparecerán no puedan
tener otras referencias políticas.
Terminar con Izquierda Unida ya
es un objetivo, arrebatarle sus tradicionales socios en las comunidades
históricas, aislarla de cualquier opción que le permita sobrevivir
políticamente, aunque para ello, se tenga que decir una cosa y su contraria,
como hemos podido ver estos días.
Solo así podrían entenderse, que
pese a las innumerables concesiones de Alberto Garzón y del Consejo Político
Federal, el resto de los miembros de IU no hemos tenido la oportunidad de
opinar, el entendimiento sea imposible.
De nada ha servido cambiar el eje
izquierda derecha por el de arriba y abajo, el conflicto de clase por el del
ciudadanismo indignado, la convergencia política y social por el de la Unidad
Popular, renegar del acuerdo entre organizaciones y atacar la sopa de siglas.
Todo ha sido inútil.
Por si faltaba algo, hemos
conocido el sistema de determinación de candidatos que el equipo dirigente de
Podemos quiere poner en marcha, una lista única para todo el estado y votación
en plancha con sistema mayoritario (la lista que gana pone todos los
candidatos) se trata de asegurar la fidelidad de todos los diputados electos
recurriendo a un verticalismo que únicamente encuentra parecido en nuestro país
en el PP.
Así es la expresión política del
malestar de las clases medias empobrecidas por la crisis cuyo único interés es
recuperar el estatus social anterior. Desorganizados podrían alimentar
individualmente cualquier opción política, organizados están arrebatando, con
el apoyo de los medios de comunicación, la representación de la izquierda
alternativa al presentarse como radicales con posibilidades de ganar,
arrastrando a colectivos desideologizados y captando a las vanguardias sociales
interesadas generacionalmente en ocupar los puestos en las instituciones.
Pero una vez conocido el
continente y el contenido de los que se dicen de la nueva política, en lugar de
reaccionar, ahora nos disponemos a inmolarnos defendiendo la misma estrategia
que en las Autonómicas, continuar
llamando a la puerta de Podemos y pidiendo la unión hasta el día que se cierre
legalmente el plazo para la presentación de candidaturas. Y en ese momento
asumir las sorpresas, que no lo serán tanto, que el destino nos tenga reservadas.
El tiempo de actualizar un
programa capaz de traducir en propuestas y alternativas factibles las
soluciones a los graves problemas políticos y económicos que padecemos ira
desapareciendo poco a poco, el tiempo de defenderlo públicamente de ponerlo en
valor entre los trabajadores y de recabar los apoyos concretos se consumirá y nos
iremos paulatinamente haciendo invisibles.
Nos arriesgamos a desaparecer del
mapa político español prácticamente sin darnos cuenta, o mejor dicho dándonos
cuenta, pero estamos tan agarrotados que nos sentimos incapaces de hacer nada, para
salir de una inercia ridícula en la que nos hemos metido nosotros solos.
Tanta relevancia le hemos dado al
momento histórico que estamos viviendo que no hemos percibido algo tan
cotidiano como que te roben la cartera.
Andrés Hidalgo
Como siempre, un magnífico análisis, claro, certero y conciso
ResponderEliminarmuy bueno el artículo y muy cierto
ResponderEliminarmuy bueno el artículo y muy cierto
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