A la mayoría de los vecinos de
Villa, el nombre de José Santander Reveldería no les dirá nada, algunos nos podrán
indicar que se trata del nombre de una calle que sale del Cementerio Municipal
y muy pocos saben que fue el último Alcalde democrático de nuestro municipio,
hasta que se restablecieron las libertades públicas y la democracia con la
Constitución de 1978.
Efectivamente, José Santander fue
el último Alcalde republicano, lo que sin duda le acarreo grandes quebrantos y
la perdida de la propia vida, como a tantos y tantos republicanos que una vez
terminada la guerra civil fueron objeto de la represión, cuando no de un vil
asesinato como es el caso. Porque este es uno de los principales dramas de
nuestra Guerra Civil y lo que la distingue de otras, el combate contra los
vencidos continuó tras finalizar la contienda, la persecución y en muchos casos
el exterminio físico caracterizo los años de posguerra, la humillación y el
odio a los republicanos se hizo presente durante toda la dictadura.
Para hacernos una idea del
alcance de la represión, es preciso aclarar que la organización territorial de
la jurisdicción militar dividía al estado en cinco zonas, la zona uno
correspondía a la España central y abarcaba las provincias de Madrid, Toledo,
Ciudad Real, Cuenca, Cáceres, Badajoz, Albacete, Valencia, Alicante y
Castellón. Pues solo en esta zona, se incoaron en torno a 300.000
procedimientos judiciales por parte de la Justicia Militar, dos de ellos los
correspondientes a José Santander.
¿Pero que sabemos de José Santander?
Sabemos que era jornalero, moreno,
delgado y con grandes entradas, que no era católico y que muchos le llamaban
“el Chirri”, que formo parte de la Corporación Municipal de Villaviciosa de
Odón desde las elecciones de 1931, que fue Teniente de Alcalde y posteriormente
Alcalde tras las elecciones de febrero de 1936, que se afilió a la Federación
Española de Trabajadores de la Tierra (FETT) de UGT en noviembre de 1932 y al
PSOE en julio de 1933 y que vivía en la calle Fermín y Galán de nuestro
municipio.
Que como consecuencia de su cargo
de Alcalde de Villaviciosa de Odón, a los tres días de producirse el golpe de
estado contra la República, se constituyó el Comité Local del Frente Popular en
nuestra localidad, formado por José Caloto, Eugenio Martínez, Ignacio
Reveldería, Florencio Martín, Fabriciano Domingo, Redondo, Rufino Ricote,
Manuel Galán y el propio José Santander en calidad de Presidente. Dicho comité
organizo las milicias del pueblo y estableció el servicio de control de
carreteras, con las armas que recibieron de Madrid, procediendo a la
incautación de varias fincas, cosechas y ganado, por indicación del Instituto
de la Reforma Agracia, si bien, no realizaron ninguna detención ni ejecución.
Es de destacar que José Santander
protegió en esta difícil coyuntura de Guerra Civil, y así es reconocido por
todos, a los Padres Agustinos de la localidad, al hijo del General Silvestre y
al propio Manuel Gutiérrez Mellado, cuando este último huyo del Regimiento de
Artillería a Caballo en Campamento, tras capitular los alzados contra la República
de dicho regimiento, refugiándose en Villaviciosa de Odón donde contó con la
ayuda de su amigo Ignacio Reveldería y del propio Alcalde, que le acompaña
posteriormente junto con unos milicianos, cuando es imposible ocultarlo por más
tiempo en el pueblo, a entregarse a Madrid facilitándole un justificante medico
falso donde se decía que había estado enfermo y en cama con fiebre desde el 18
de julio hasta su entrega, por lo que no pudo participar en la sublevación,
librándose de esta manera de la acusación de sedición.
De igual forma dio amparo al
Secretario del Ayuntamiento Felipe de la Morena, al Administrador del Conde de
Chinchón Esteban Sánchez, al Practicante Felipe Fuentes y al Médico del pueblo
Luis Menor, todas ellas personas relevantes de Villaviciosa de Odón que gracias
a José Santander no encontraron problemas en estos convulsos días. Este grupo
de personas declararon en favor de José Santander cuando fue juzgado y
condenado en el Consejo de Guerra.
Con la toma de Villaviciosa de
Odón por parte de los sublevados, el 3 de noviembre de 1936, José Santander se
traslada a Madrid donde continúa desarrollando tareas para la FETT de UGT
presidiendo su Secretariado Provincial.
Tras el final de la contienda
civil, José Santander con 53 años de edad, solicitó el 23 de marzo de 1939 un
pasaporte para viajar al extranjero con su esposa (a Europa, África o América),
por razones políticas y con la intención de exiliarse, sin conseguirlo.
Como muchos de los vencidos, fue
detenido y sometido a Consejo de Guerra
en Mayo de 1939 por un Tribunal Militar en San Lorenzo del Escorial, acusado de
“adhesión a la rebelión militar”, dicha acusación se concretaba en “haberse
personado en la Finca -el Bosque-, en Boadilla del Monte, propiedad de Pilar
Navacerrada procediendo a la incautación de muebles y bienes” así como la “incautación
y destrucción de imágenes de la Iglesia”, de poco sirvió que alegase en su
defensa que los bienes y enseres no salieron de la finca citada y que fueron
amontonados en una de las habitaciones, toda vez, que el resto de las
dependencias se habilitaron como granero, que también entraron en la capilla de
la finca indicando que “en ningún caso se rompieran los santos” y que las
incautaciones realizadas respondían a las indicaciones de Instituto de la Reforma
Agracia y tenían por objeto el abastecimiento general.
El propio Jefe de FET y de las
JONS de Villaviciosa de Odón, Luciano Arroyo Contador afirmó, que si bien, José
Santander era un “acalorado” socialista, siempre se opuso a que se llevaran del
pueblo a nadie de derechas, evitándolo a veces incluso pistola en mano.
José Santander fue condenado, el
31 de mayo de 1939 y confirmada la sentencia el 7 de junio del mismo año, a una
pena de doce años y un día de reclusión, reconociéndose en la propia sentencia el
atenuante de “salvar la vida de vecinos y agustinos”, motivo este por el cual
se explica que la misma fuera relativamente baja en relación con otras
similares dictadas por adhesión a la rebelión, que solían concluir con pena de
muerte o cadena perpetua.
De no ser por la tragedia sería
todo un sarcasmo, los alzados contra el orden constitucional acusando de
rebeldes a quienes defendieron la legalidad. ¿Es posible mayor despropósito?
De la prisión de El Escorial pasó
a la prisión de Salamanca el 19 de julio de 1939, alcanzando la libertad
provisional vigilada por la Guardia Civil el 9 de septiembre de 1941, pero poco
tiempo estaría en esta situación.
El ocho de Enero de 1942 sobre
las 16:45h, encontrándose en Villaviciosa, en su casa de la Calle Nueva número
9, junto con su esposa Emilia Menéndez Fernández y su hermano Francisco
Santander, dos individuos tocaron a la ventana de su casa preguntando por José
Santander, entraron en la casa identificándose como policías y mostrando una
chapa acreditativa, preguntaron si no habían recibido una citación de El Escorial,
para posteriormente indicar que tenían que llevarse a José Santander a la
Dirección General de Seguridad en Madrid para tomarle declaración.
Con el propósito de evitar la
detención, su esposa les contestó que su marido estaba enfermo y bajo la
vigilancia de la Guardia Civil de Villaviciosa de Odón, a lo que los policías contestaron
asegurándole que en la Dirección General de Seguridad le atendería un médico de
aquella institución y que si era necesario ellos mismos le llevarían de vuelta
a Villaviciosa. Tras lo cual ayudó a su marido a ponerse los zapatos y vio cómo
era introducido en un coche oscuro que esperaba a la puerta de la casa, a cuyo
volante estaba otra persona.
La Sra. Menéndez describe a ambos
individuos como “altos, fuertes, bien vestidos, con ropas elegantes y nuevas”. Algunos
vecinos vieron el coche pasar, aquellos que se encontraban en la fuente, recogiendo
agua o abrevando las mulas, la vecina Leonor Sanz Contreras se fijó incluso en
que los neumáticos eran muy nuevos, dejando los rombos del dibujo impresos en
las rodadas que el vehículo hizo en su camino a la carretera.
A las 20:30 horas de ese mismo
día, su mujer y su hermano se dirigieron a la Guardia Civil, para contar lo
ocurrido. Al día siguiente, a las cuatro de la tarde, la Guardia Civil llamo a
su hermano Francisco para preguntarle cómo iba vestido José Santander, al
objeto de comprobar si coincidía con el del cuerpo encontrado. A las nueve de
la noche su hermano Francisco, junto con la Guardia Civil, reconoció el cadáver.
José Santander Reveldería, tenía
56 años y vestía gabán marrón, jersey gris y camisa blanca con rayas azules
cuando se le llevaron, apareció asesinado el 9 de enero de 1942, en el
kilómetro 4,950 de la carretera de Pozuelo a Boadilla con dos heridas mortales
de arma de fuego (9 mm cañón corto), la primera en la sien derecha y la segunda
en el lado izquierdo del pecho, entre los dos disparos mediaron cinco minutos,
según determino la autopsia. El cadáver fue reconocido por su hermano
Francisco, al que le fue entregado su reloj de marca Helvecia y las diez
pesetas en dos billetes de cinco que llevaba en el bolsillo.
Inspectores de la Brigada
Político Social se personaron en Villaviciosa el día 11 de enero, concluyendo
rápidamente la investigación y determinando que el asesinato respondería a un
ajuste de cuentas entre rojos y que en ningún caso se trataba, como se había
querido presentar, de “justicia extra Oficial”
termino este con el que se identificaba a los asesinatos llevados a cabo
por las bandas de falangistas, al margen de los procedimientos militares. En el
pueblo se dio por asumida la versión de que se trataba de una venganza de las
gentes de derechas, sin determinar el porqué.
Nunca se identificó a los
individuos que se lo llevaron, ni al vehículo en que fue introducido, las
autoridades judiciales publicaron un edicto en ABC donde requerían a personarse
ante ellas a las dos personas que se presentaron en el domicilio de José
Santander el día 8 de enero de 1942. Por supuesto nadie respondió a semejante
petición, pareciendo más bien un intento, por parte de las autoridades
franquistas, de mostrar cierto celo e interés en investigar un secuestro y
asesinato.
Resulta curioso que el 31 de
enero de 1944, cuando habían pasado ya dos años de su asesinato, le fuera
conmutada la pena de prisión por la de cuatro años.
Conocemos por el testimonio de
familiares directos que el hermano de José Santander, Francisco “murió con el
inmenso dolor producido por la injusticia cometida con su hermano, del que
siempre escuché hablar, como una persona honrada y defensor de las gentes de
este municipio, según mi familia de profundas convicciones, pero antes
campesino y amante de su pueblo, que político”.
Ahora ya sabemos algo más de José
Santander Revelderia, un jornalero que entro en política cuando la política no
estaba pensada para las gentes del campo, que creyó en una Constitución que en
su artículo primero decía “España es una República democrática de trabajadores
de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia”
Andrés Hidalgo
No hay comentarios:
Publicar un comentario