Ha pasado poco tiempo desde la sustitución de Mariano Rajoy, pero desde el primer día estamos asistiendo a un permanente vociferar, por parte de la derecha, con toda clase de improperios e insultos contra el Presidente del Gobierno que presagia como será lo que resta de legislatura, sea esta corta o larga.
Quienes se
han venido jactando de ser defensores a ultranza de la Constitución, ahora no
quieren reconocer que ha sido en el ejercicio de los propios preceptos y
derechos constitucionales en los que se ha basado y triunfado la moción de
censura que ha llevado a Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno.
Mienten y lo
saben, cuando dicen que les correspondía seguir gobernando por ser el partido
más votado en las últimas elecciones. De sobra conocen que nuestro sistema no
es presidencialista sino parlamentario y que al Presidente del Gobierno, lo
nombra y lo cesa, este es el caso, el Parlamento. De igual forma para poder
celebrar nuevas elecciones es imprescindible que termine el mandato, aún queda
la mitad, o que las adelante y convoque el Presidente del Gobierno.
Entonces,
¿si estamos ante la aplicación estricta de la ley a que viene la algarabía, el
insulto y la crispación? Sin duda a ese sentimiento patrimonial que la derecha
tiene del gobierno y de España, les corresponde mandar por derecho o sin él y
cualquier alteración de dicho principio lleva siempre aparejada la estrategia
de tierra quemada y bronca permanente, a la que también ha decidido unir su
suerte Ciudadanos el único partido que ha apoyada al PP en su agonía.
No han sido
capaces desde el PP ni siquiera de pedir perdón, después de que quedara
sentenciada y probada la existencia de "un auténtico y eficaz sistema
de corrupción institucional a través de mecanismos de manipulación de la
contratación pública central, autonómica y local a través de su estrecha y
continua relación con influyentes militantes de dicho partido, aquí
enjuiciados, que tenían posibilidades de influir en los procedimientos de toma
de decisión en la contratación pública de determinados entes y organismos
públicos que dirigían o controlaban directamente a través de terceras
personas" y ahora nos quieren dar lecciones de democracia,
precisamente los que participaron dopados, con dinero negro, en todas las
elecciones celebradas desde la fundación del PP.
Muchos saludamos
al nuevo gobierno que tiene que anteponer las necesidades urgentes de una
sociedad profundamente desigual a las aspiraciones que pueda tener su partido, para
ello, es preciso implantar medidas de rescate social, para combatir la pobreza,
la desigualdad y la precariedad laboral, para luchar por la igualdad frente al
machismo, por las políticas de vivienda más sociales, apostar por la recuperación
de la sanidad, la educación y los servicios públicos, garantizar las pensiones
y dignificarlas. Es fundamental también devolver a la ciudadanía derechos y
libertades arrebatadas o limitadas con leyes como la Mordaza y regenerar la
radiotelevisión pública. Retomar el diálogo para abordar el conflicto
territorial con una perspectiva federal y de reconocimiento de la plurinacionalidad
es fundamental.
Andrés Hidalgo
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