miércoles, 10 de abril de 2019

El voto útil, la pluralidad de la izquierda y la unidad




En estos días hay una insistencia y una presión brutal en la izquierda, para que votemos al PSOE en primera instancia y si esto no fuera posible a Podemos. Los que tenemos cierta edad, no es la primera vez que sufrimos estos envites, siempre con un mismo y aparente objetivo: frenar a la derecha. A lo largo del tiempo la misma exigencia ha tenido diversas expresiones, el voto útil, la casa común, la unidad de la izquierda, pero en esta ocasión han añadido un peligroso y poderoso ingrediente, el miedo. Tenemos que votar con miedo para evitar el desastre, no hacerlo así, te convierte en un aventurero cuando no en un quinta columnista. No hacer lo que ellos dicen es “tirar el voto”.

Ni que decir tiene que el PSOE está encantado, lo repite a cada instante y ahí están las encuestas para confirmarlo y Podemos que está en caída libre, a méritos propios, también piensa frenar la caída y sueña con la remontada, confiando en recuperar un voto que antes fue suyo apelando también al voto útil de la izquierda alternativa.

Se trata de empujar a la gente de izquierdas a votar lo que pueda no compartir, como un tributo inexcusable que hay que pagar para ser eficaces y si te resistes te dicen que es el mal menor y se quedaran tan tranquilos, con independencia del empequeñecimiento que para la democracia representa no poder escoger con absoluta libertad, entre las distintas candidaturas.

Todo tan medido, todo tan milimetrado matemáticamente y nadie quiere reparar en que en la adjudicación de escaños, todos los partidos dejan un resto de votos sin utilizar que se pierden, esto es, el de los votos que median entre el ultimo diputado que sacan y el siguiente que no sacan, circunstancia esta que le ocurre a todos, incluso a los que no sacan ninguno. Por el contrario cuando se habla del Senado que tiene un sistema de elección mayoritario, esto es, serán elegidos solo los más votados, nadie insiste en la imprescindible unidad para vencer, ni en retirar sus candidaturas, ahí se pueden perder alegremente los votos y los senadores, haciendo oídos sordos de quienes como Actúa han propuesto presentar listas unitarias de toda la izquierda al Senado.

Y es que a algunos les cuesta reconocer que las izquierdas son plurales, que hay distintas propuestas, distintas alternativas, distintas estrategias y que quien se siente representado en una, no se siente representado por las demás y viceversa. En lugar de entender que es preciso movilizar a todas las izquierdas desde los distintos partidos y luego colaborar en la gestión de los resultados, parece que todo el mundo pretender salvar sus muebles con los votos que puede arrebatar al vecino.

Es evidente que lo que hay detrás no es otra cosa que puro y duro interés. Con el 40% de votantes indecisos quien es capaz de repartir certificados de utilidad. Tenemos experiencia, en el pasado todos los votos que se depositaron como útiles se terminaron volviendo contra los que los emitieron, les llevaron donde no querían ir y en su nombre tomaron decisiones que no compartían.

Pero sin duda, lo que más me duele es ver a muchos sindicalistas, como yo, hablar del voto útil, no ha sido suficiente ver anteayer como el PSOE incumplía los compromisos que tenía con los sindicatos en relación con la reforma laboral o ver a Podemos como reventaba el Pacto de Toledo para no aparecer acordando en vísperas de elecciones, que además queréis que les votemos.

Quienes pensamos que es posible y necesaria otra izquierda, no vamos a dejarnos llevar ni por el miedo ni por la propaganda interesada, con humildad y pocos medios estamos trabajando para posibilitar que quienes esperan otra cosa de la izquierda tengan la oportunidad de votar sin tener que taparse la nariz. Como bien ha dicho Gaspar Llamazares, nuestro candidato a la Presidencia del Gobierno, no somos un partido buscando votantes, somos un colectivo de militantes buscando partido. 

Porque defendemos otra izquierda y otra forma de relacionarse las izquierdas, queremos dar continuidad a lo mejor de la historia de la izquierda alternativa, a la vez que nos desprendemos de algunas inercias desfasadas.

Estamos lejos de quienes no son capaces de hacer lo que proponen y de quienes proponen lo que saben que no pueden hacer. En poco tiempo las fuerzas que se denominaban de “la nueva política” se han vuelto viejas, el aterrizaje en las instituciones no les ha sentado bien, nunca antes las expectativas y los apoyos se habían venido abajo tan deprisa y es que asentar la propuesta política únicamente en las emociones y en el cabreo de la gente en un momento dado, es pan para hoy y hambre para mañana.

Y a la vez, pensamos que es posible colaborar entre todas las izquierdas desde la diferencia, sin vetos ni exclusiones, desde el reconocimiento de la pluralidad, sin opas ni entreguismos, sin casas comunes ni adhesiones acríticas, estableciendo marcos de confianza y respeto, que pongan en valor lo que compartimos. Así entendemos nosotros la unidad de la izquierda y así estamos trabajando, tratando de sacar de la abstención a cuantos votantes de izquierda no se sienten representados y a día de hoy no tienen decidido ir a votar.

Andrés Hidalgo

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